YESTERDAY ROZARTE / Centro Cultural Parque de España / 11 de febrero de 2011


Repercusiones Yesterday Rozarte 1

Suplemento Señales / La Capital – 06/02/11 / Yesterday Rozarte / Centro Cultural Parque de España.

Mapas para no perderse

Marcela Römer

Participar en un grupo puede ser como un viaje de ida. La adicción perpetua a qué se hace y cómo, con los méritos de la opinión de pares en consenso, o disenso, es como intentar escalar el Monumento Nacional a la Bandera: una extraña proeza.

Los ex integrantes de Rozarte se muestran hoy desde sus producciones contemporáneas. En sus vidas ha sido una constante la creación artística individual a pesar de haber pasado por éste y otros grupos. El ayer suele categorizar el hoy, siempre y cuando, al hacerlo, sienta la frescura de que lo pasado es pisado, y que cuando lo he pisado no he ajado ninguna frágil margarita.

Dieciséis artistas se muestran con sus expresiones categóricamente conceptuales definiendo sus individualidades extremas. En un hoy sin grupo pero con arte, todos los artistas se autodesafían en la búsqueda de un presente que los defina, siendo lo que son sumando a lo que fueron.

Lo contemporáneo

Aquí no hablamos de pasado, sólo de presente perfecto. Es un hoy que nos dice: esto es arte contemporáneo. ¿Usted cree lo mismo que nosotros?.

Los soportes no importan, si las ideas. En un ping pong conceptual, todo lo que se ve, se escucha o no puede tocarse (son obras de arte) compromete al espectador en un núcleo insistente de artistas que ejercen presión para no silenciarse.

La fiesta es una expresión popular donde todos, de cualquier pelo y señal, contraen el compromiso de la diversión. En medio de esa proeza sienten que sus cuerpos construyen sensaciones de la teoría de los conjuntos: intersecciones, acomodamientos o yuxtaposiciones. Este conjunto de individuos artistas sigue pensando que el arte es una fiesta, que si no hay un poco de diversión consensuada la cuestión del concepto no sirve. Y que pensamientos mediante, e investigación técnica fluctuante: o te vas haciendo artista, o pereces en el intento.

La contemporaneidad suele ser una cosa seria, existen elementos yuxtapuestos, hay ejes de discusión conceptual, el termómetro de la técnica suele estar al rojo vivo, las instalaciones pelean a los objetos de arte y las pinturas quieren morir. De esto, y más, es de lo que nos hablan las propias obras.

Suponer que haber pertenecido a uno de los grupos más importantes que tuvo Rosario a finales de los 80 y principios de los 90 es come ser hoy un bronce estancado en el tiempo, es sacar conclusiones muy apresuradas.

El arte no posee tiempo cierto, es una construcción teórica que se pelea con si misma al tiempo que ejerce operatorias legitimadoras de constante abducción de las ideas. Edificar en el disenso es arriesgarse a que lo que se supone es una conclusión puede llegar a ser otro comienzo.

Estos artistas ven lo que tienen que ver e ignoran lo que no desean. La decisión de ser artistas fue tomada hace ya mucho tiempo, cuando lo que estaba en juego para tal proeza significaba una idea de fiesta interior que conjeturaba con la incontenible precisión de que sí o sí se debía hacer lo que advertía una cierta fuerza interna.

Hoy esa certeza no ha variado demasiado. Si lo ha hecho el eje conceptual grupo hacia la tangente, del mismo orden, individuo, ambos productores de arte. Eje y tangente son vectores necesarios para elaborar un mapa de situación, sin él es posible que el entramado general nos confunda y turbe.

Yesterday Rosarte es eso: la tangente que determina que siempre hay que estar armando un nuevo mapa. Para no perderse, para saber qué hacer.

Repercusiones Yesterday Rozarte 2

ROSARIO/12 – 22/02/11

CULTURA / ESPECTACULOS › PLASTICA. YESTERDAY ROZARTE EXHIBE EN EL CCPE HASTA EL 6 DE MARZO.

Testigos, negociantes y creadores

Aún contando sólo con la participación de algunos miembros del grupo Rozarte, la muestra tiene la fuerza suficiente para ser leída y recorrida como alguna de aquellas exposiciones colectivas realizadas entre 1989 y 1997.

Por Victoria Ciaffone

"Aquí no hablamos de pasado, sólo de presente perfecto", anuncia la curadora Marcela Romer en el catálogo de Yesterday Rozarte, la muestra colectiva de los ex rozartes que podrá verse hasta el 6 de marzo en el Centro Cultural Parque de España de Rosario (Sarmiento y el río). En el espacio como de caverna platónica de los túneles, el excelente diseño de montaje sitúa nuevamente a Gabriela Aloras, César Baracca, Xil Buffone, Marcela Cattaneo, Hugo Cava, Raúl D`Amelio, Marta Dunster, Gabriela Gabelich, Aurelio García, Víctor Gómez, Gustavo Goñi, Cristina Olguín, Oscar Vega, Beatriz Vignoli, Francisco Vignolo y Germán Svetaz en aquel "Galpón".

Lo que antes se debatía colectivamente entre los integrantes, se hizo sentir en Yesterday Rozarte a través de diálogos entre sus obras individuales, surgidos desde la singularidad de cada uno de los artistas, desde sus creaciones contemporáneas. Cada uno de los participantes convocados parece seguir cumpliendo su rol de miembro Rozarte. Vignoli escribe en el catálogo, García diseña su tapa, Goñi toma sus fotografías, y aquella propuesta del hacer sobre obras de otros se sostiene.

César Baracca reescribe, en sus peculiares y auráticos mosaicos de tarjetas de crédito, imágenes icónicas de Tracy Emin o Andy Warhol, entre otros. Goñi construye un cuerpo fragmentario fotografiando a una modelo que posa como si su cabeza fuera una figura al óleo en bastidor recortado de Pedro Iacomuzzi. Beatriz Vignoli reformula en su videocollage el sentido de unos versos textuales de un poema de Leandro Llull. Por su parte Hugo Cava recorta manteles de hule buscando espacios, bifurcaciones, en una doble alusión al espacialismo de Fontana y a los bodegones de Schiavoni, dos maestros rosarinos.

La luz teatral de la pintura barroca, cierta manipulación de los cuerpos de los modelos, la presencia recurrente del rojo y de la figura femenina fragmentada o a medias encubierta emparentan la pintura reciente de Oscar Vega con las fotografías de Goñi. Los elementos primordiales de la naturaleza son el tema común a las pinturas de Olguín y Aloras. Por su parte Cattaneo y Buffone recuerdan el uso una vez más de lo líquido y el plástico transparente, como en "Subamos agua", la instalación presentada por el grupo en el Encuentro en La Cumbre de San Juan en 1992. Las flores que en la obra actual de ambas son contenidas en estos elementos, pueden leerse como ofrendas, lo mismo que las frutas y la tierra en la instalación de Svetaz.

Los límites difusos de las montañas y nubes de las acuarelas de Gabelich se articulan en su compleja instalación con las estalactitas caídas en un sofá junto a un texto que evoca el título de una canción de los Beatles. Gabelich, en obras anteriores, venía trabajando el texto en el espacio bajo diversas formas: cartelería luminosa, bordados enmarcados, y ahora lo cruza con una vertiente escultórica más reciente que imita formaciones volcánicas. Tanto Gabelich como las pinturas de Vignolo expresan la alegoría de fronteras que no se atraviesan materialmente, pero sí espiritualmente. En un tono muy distinto e irónico, lo religioso de la política es reapropiado y aludido en la pintura de Aurelio García, quien combina el motivo del mandala con las figuras de Perón y Evita, en una síntesis de iconografías ancestrales y kitsch político que viene desarrollando en su obra desde hace más de una década.

Las frases que inscribe Raúl D`Amelio en los soles negros de sus fotos intervenidas son textos crípticos para no ser leídos: "Ebrio el poeta injuria gritando al universo". Tanto en la obra de Víctor Gómez como en la de Marta Dunster, el video funciona en tándem con algo intrínseco a su registro (las piedras del piso en Gómez, los fotogramas en Dunster), y ambas obras requieren de la participación del público para cerrar el circuito.

Aún sólo contando con la participación de algunos miembros de aquel grupo, Yesterday Rozarte tiene la fuerza suficiente para ser leída y recorrida como alguna de aquellas muestras colectivas realizadas antes de la disolución del grupo en 1997. Horizontalidad y autogestión son categorías aplicables a este grupo que apostó tanto al trabajo en solitario del artista como al experimento lúdico de un colectivo, proponiendo siempre un circuito alternativo, la exhibición subterránea, las creaciones y muestras en lugares sui generis. "Pero el hecho de que seamos un grupo ni significa en absoluto que debamos renunciar a nuestras diferencias individuales", escribían en su primer texto público de 1989.

En el invierno rosarino de ese año, el grupo Rozarte tuvo su génesis a través de tres movimientos que se solapan: desechar el dogmatismo, repensar la producción artística a través de una resignificación positiva de las nociones de apropiación, relectura y homenaje, y elaborar un lugar dentro del mapa de arte rosarino. Uno de los temas centrales de las obras colectivas fue el éxodo. La de Rozarte no es la historia de los grandes relatos sino la de los detalles mínimos. Dentro de lo ecléctico del grupo, fue su modo de organizarse el gesto común capaz de trazar una huella de filiación posible. La noción de lo liminal como estado, como un permanente "estar entre" sirve para sostener tal heterogeneidad y elaborar un mapa que los ponga en contacto, incluso veinte años más tarde en una muestra colectiva.

Y es aquí donde se refuerza la idea de un tiempo único, de un "tiempo rozarte". Nada casual que la muestra culmine su recorrido con el video collage de Beatriz Vignoli, basado en los versos 1 a 6 del poema de Llull "El parrillero", que tratan acerca del padre y dicen: "El hizo el fuego, él hizo el viento y el parrillero". ¿Una alusión a los maestros? Los rozarte bien saben ubicarse en esa zona de indeterminación desde la cual fueron y son testigos, negociantes y creadores. Vuelven a ubicarse en ese lugar que jamás quisieron traspasar, más bien sólo habitar y divertirse. Los rozarte podrán haber dejado de estar en Rozarte, pero Rozarte jamás dejará de estar en cada uno de ellos

Repercusiones Yesterday Rozarte 3

Rosario/12 – 08/02/11

CULTURA / ESPECTACULOS › PLASTICA. EL VIERNES INAUGURA YESTERDAY ROZARTE EN EL PARQUE ESPAÑA

Hay fiesta por el regreso de Rozarte

Surgida por concurso de proyectos, la exposición reúne a ex integrantes del grupo artístico surgido a fines de los 80, y que se muestran aquí desde sus producciones contemporáneas. Siempre con un concepto festivo de la creación.

Por Beatriz Vignoli

Todas las bandas vuelven. Las de rock, sobre todo. Y algunas de arte también. Este viernes, a las 20, en el Centro Cultural Parque de España (Sarmiento y el río) se inaugura Yesterday Rozarte, la primera exposición del año, que también es la primera exposición surgida por concurso de proyectos en toda la historia de dicho centro cultural. La curadora Marcela Römer presentó el proyecto cuando aún no había sido designada (también por concurso) directora del Museo Castagnino. El concepto curatorial no es exactamente el de un retorno, sino que se trata de ver qué están haciendo hoy los ex integrantes de Rozarte, quienes "se muestran hoy desde sus producciones contemporáneas", teniendo en cuenta que "en sus vidas ha sido una constante la creación artística individual a pesar de haber pasado por éste y otros grupos".

La inauguración viene con concierto de rock incluido: a las 22, toca Fernando Kabusacki, otra figura relevante local de la escena de los 90. Luego, hasta las 3 del sábado y con musicalización de dj Ioio, viene "La fiesta pendiente" a compensar la que el CCPE debió suspender por lluvia a fines de 2010. Todo es con entrada gratuita aunque el buffet de tragos y comidas es pago y a la carta. La fiesta "va en el Patio, pero si llueve nos metemos adentro", avisa en su blog Martín Prieto, director del CCPE; "esta vez no se suspende por nada".

Los ex Rozartes que muestran a partir del viernes son dieciséis: Gabriela Aloras, César Baracca, Xil Buffone, Marcela Cattaneo, Hugo Cava, Raúl D`Amelio, Marta Dunster, Gabriela Gabelich, Aurelio García, Víctor Gómez, Gustavo Goñi, Cristina Olguín, Germán Svetaz, Oscar Vega, Beatriz Vignoli y Francisco "Pancho" Vignolo. Algunos vienen y envían sus obras desde los lugares más o menos lejanos donde viven: Buffone en Buenos Aires, Baracca y Svetaz en Europa, Aloras y García en la Patagonia. De los que se quedaron muchos son docentes (como Cava y Vega) o gestores culturales independientes (Gabelich) u oficiales (D`Amelio). Goñi es fotógrafo y fotografió las obras para el catálogo, diseñado por García, que es diseñador profesional.

Yesterday Rozarte viene a saldar una cuestión pendiente: la de mostrar las obras individuales de estos autores que, por lo que se ve, se reinventan constantemente y a la vez están bien entrenados en el trabajo con otros; o al menos en la idea bien postmoderna de que, si bien la labor plástica transcurre en la soledad del taller, la propia obra puede ser permeable a textos, discursos e imágenes que han generado otros creadores, sin que esto sea plagiar ni restar sino homenajear y sumar. Las técnicas son muy variadas y van de las más tradicionales, como la pintura y la acuarela, a otras relativamente más novedosas, como el video, los mosaicos en fragmentos de tarjetas de crédito por César Baracca o los manteles de hule calados de Hugo Cava. Tanto estos últimos como las fotos de D`Amelio evocan motivos pictóricos del rosarino Augusto Schiavoni que fueran trabajados por otro pintor, Juan Pablo Renzi, quien a partir de 1990 tuvo una gran influencia sobre la obra de algunos integrantes del grupo.

Prevalecen las referencias locales. Goñi dialoga en sus fotografías con una pintura del arquitecto rosarino Pedro Iacomuzzi que a su vez está basada en una foto instantánea nocturna; esta cronista ilustra y cita en su video collage "El Parrillero" unos versos del poeta rosarino Leandro Llull, y Aurelio García no cesa de parodiar en su pintura los discursos oficiales del peronismo de otras épocas. Aloras es fiel a su paleta de los tiempos del grupo y lo mismo puede decirse de Cristina Olguín, una pintora de honda espiritualidad cuyo lenguaje se nutre de varias vertientes del expresionismo. Buffone continúa con su obsesión con las líneas y parece volver a sus orígenes en el dibujo humorístico; Cattaneo, Gabelich, Vega y Vignolo exploran una figuración rica en símbolos; Svetaz juega con materiales frágiles, Gómez con materiales durables (una casa, más precisamente) y Dunster en sus videos articula tiempo y espacio con alto rigor compositivo.

El arte era una fiesta

"Ansia de rozarte", "dejame rozarte", "casi puedo rozarte" son algunos de los fragmentos de textos eróticos que aparecen cuando en el buscador se escribe el nombre del grupo rosarino donde se nuclearon los artistas que, según exagera Prieto, "dieron vuelta la escena local" a fines (a fines, no a mediados) de los años 80. La chistosa y seductora ambigüedad definió la opción por la zeta contra la más turística ese del nombre surgido de una sesión de brainstorming en la casa de Marta Dunster en 1989, a meses de fundado el grupo (en el taller de Aurelio García y Víctor Gómez en la planta alta de la esquina de Paraguay y Tucumán, en pleno estado de sitio post saqueos).

El logo del grupo, sin embargo (y vaya a saberse ahora si por amplitud o por falta de convicciones), conservaba las dos letras superpuestas. Esta cronista estuvo en ambas reuniones, fue parte, tomó nota y recuerda más o menos unas treinta personas, casi todas estudiantes de la carrera de Bellas Artes de la Facultad de Humanidades y Artes de la Universidad Nacional de Rosario.

"Este conjunto de individuos artistas sigue pensando que el arte es una fiesta, que si no hay un poco de diversión consensuada la cuestión del concepto no sirve", escribe Römer en el catálogo. Hablar o no hablar del pasado fue el eje de un denso, a veces tenso, a veces jocundo intercambio de emails durante todo el verano. Desde el punto de vista de su accionar en el campo social del arte de su época, la importancia de Rozarte (según señala Römer en otro texto, el de presentación del CD documental de 2008) radica en que este grupo de individualidades fue el "colectivo pionero" en Rosario de lo que hoy son los espacios de arte gestionados por artistas. "La propuesta se asentaba en tres ejes fundamentales: la proyección de la obra individual de cada uno de sus miembros, la producción grupal y la intención de abrir un espacio que funcionara como centro cultural alternativo a las instituciones oficiales".

Este espacio fue abierto en 1991, se llamó Galpón Rozarte, funcionó en la calle Entre Ríos al 800 y cerró en 1997. Las obras colectivas, nacidas de intensas reuniones semanales de creación grupal en la casa de alguno de los integrantes, fueron producidas para congresos de artistas como el convocado por el grupo platense Escombros o los Encuentros en la Cumbre de 1990 y 1992. La curadora destaca como valor de las mismas la constante reflexión sobre la contemporaneidad, artística y social. De esta historia y de su documentación se ocupa un CD que fue presentado en el marco de la muestra del material documental del CD, titulada Rozó, en el hall central del Museo Castagnino, en abril de 2008

ALGUNAS FOTOS












ROZO / presentacion del CD del archivo Rozarte / 3 DE ABRIL DE 2008


REPERCUSIONES DE "ROZO" 1
La Capital / Señales Domingo13 de abril de 2008.

LA POÉTICA DE LA EROSIÓN
Por Irina Garbatzky

“Tomar posesión del espacio es el primer gesto de los seres vivos”, decía Rozarte.

La afirmación de que el arte interviene en la modificación del mundo resultó problemática después del mentado "fracaso" de las utopías vanguardistas. Andreas Huyssen señala, sin embargo, que desde la Revolución Francesa y hasta 1930 la vanguardia había sido inseparable de la idea de la revolución política; su posterior autonomización derivaría en diferentes productos estéticos, pero su origen continuó vinculado a un anhelo transformador, no sólo o únicamente en términos de un proyecto político, sino, y en primer lugar, en relación a la modificación de la vida cotidiana.

El lanzamiento del CD y la muestra documental Rozarte, que realiza el Museo Castagnino macro, dan cuenta de dicha transformación de lo cotidiano e impulso hacia lo colectivo que siguieron varios artistas sobre el fin del siglo XX, en función de un cambio en las dinámicas de producción, circulación y comunicación de las obras.

Los "colectivos artísticos" —denominación que en los años 90 buscó nombrar a quienes recuperaron, a contracorriente y sin inocencia, la experiencia histórica generada por las vanguardias del 60—, apuntaron a la creación de comunidades. Buscar y ocupar, emplazar "casas" de trabajo que se volvieran además sitios de exposición, generar lugares que mutaran de la privacidad del hábitat diario a la apertura de la galería, de la productividad del taller a fiestas o ciclos culturales, no fueron acciones asumidas como marginales sino actividades generadas a partir de los recursos y de los restos del neoliberalismo.

En este sentido, Rozarte fue el primer ejemplo en nuestra ciudad. Los integrantes inicialmente convocados por Marcela Cattáneo y Silvina Buffone frente a la crisis política —por las desilusiones de la democracia y el saqueo económico y social de los 90— se propusieron armar un grupo de producción, donde el intercambio se acercara al debate y a la distribución de puntos de trabajo conjunto, que dialogaran con el trabajo individual.

El mismo CD lanzado por el museo apela a la simultaneidad para dar cuenta de ese espacio de comunidad extendida. Mediante un mapa de Rosario —diseño utilizado por el grupo en una de sus intervenciones— se visualiza la ubicación topográfica de cada evento (en nuestra ciudad y en otras, como Córdoba, San Pablo o Buenos Aires), y se accede a un registro fotográfico, fílmico y de prensa. También se registra la concreción del centro cultural El Galpón, que el grupo llevó a cabo de 1993 a 1997.

Si algo ofrece una retrospectiva histórica es la posibilidad de leer las coordenadas que persisten a lo largo de los años sobre la intuición y la aparente aleatoriedad. En la muestra del Castagnino hay varias claves de una poética de la porosidad y el contacto que guió a Rozarte desde sus inicios. "Le canto con mi vos, su canción, la que Ud. mismo compuso", escribe Beatriz Vignoli en un texto para Nuestras obras son sus obras, uno de sus primeros eventos. Otra, una cita de Le Corbusier, epígrafe de la carta elevada a la Fundación Antorchas que subvencionó parte del proyecto del Galpón: "Tomar posesión del espacio es el primer gesto de los seres vivos". Finalmente, tal vez, la reposición de una de sus últimas obras grupales, Todos somos primos, elaborada con enanos de jardín dispersos por el lugar que portaban nombres de los propios artistas.

El final da cuenta del principio. Las últimas obras de Rozarte explican la migración de lo individual a lo grupal y de lo privado hacia lo público, ya escrito en el manifiesto de origen: "Roce entendido como la expresión más sutil, lejos de toda pretensión de saber o poder que, sin embargo, encuentra resistencia en este medio áspero, erosionándolo, marcándonos".
REPERCUSIONES DE "ROZO" 2
Rosario/12 - Cultura / Espectáculos Martes, 15 de Abril de 2008

MEMORIA. UNA MUESTRA REMEMORA LA ACTIVIDAD DE ROZARTE.
El recuerdo de un colectivo
Rozó es el nombre de la exposición que rescata obras del célebre emprendimiento grupal de los 90. A modo de catálogo, un CD agrega documentación sobre la experiencia artística.

Por Nancy Rojas y Beatriz Vignoli

La categoría de colectivo de arte identifica a un fenómeno acrecentado en los últimos tiempos: el de la opción de ciertos artistas por realizar proyectos grupales que incluyen a la gestión en el campo de la creación. Los colectivos han pasado a ser un núcleo de estudio importantísimo para quienes se dedican a investigar los desarrollos del arte argentino contemporáneo. En este sentido el grupo rosarino Rozarte (1989 a 1997) aparece como un hito local único en su época. Su historia constituye uno de los testimonios más claros acerca de la necesidad de agruparse que asumió un conjunto de artistas jóvenes en un contexto de crisis política, económica y social.

La colección de arte argentino contemporáneo Castagnino + Macro ha incorporado a Rozarte a través de un modesto CD donde tres textos institucionales presentan una selección de videos que documentan la actividad de la agrupación entre 1992 y 1994. El CD fue realizado bajo la supervisión de varios ex integrantes de Rozarte y de Marcela Römer. El trabajo de catalogación, edición y diseño del mismo llevó más de un año. Mucho de lo que quedó afuera del CD podrá verse hasta el 25 de abril bajo la forma de una muestra estable en el hall central del Museo, donde además se proyecta el CD. Con el título Rozó, la documentación reunida por ex integrantes de Rozarte a partir de sus propios archivos llena algunos de los baches del CD. Se encuentran en la muestra, completos, los textos de la agrupación del período 1989 a 1990. Hay abundantes copias, para llevar a casa y seguirlo discutiendo, del polémico manifiesto "La ética del roce", que fuera presentado en 1990 en la bienal Tomarte de la Escuela de Bellas Artes de la UNR, como también originales y hasta borradores de textos que fueron presentados acompañando muestras colectivas en Arequito, Rosario y La Cumbre. Hay también afiches, catálogos e invitaciones, no sólo de las muestras del grupo, sino de los diversos eventos que fueron organizados por Rozarte en su espacio El Galpón. Brillan por su ausencia los recortes de prensa, tanto en el CD como en la muestra estable. De las obras se ve muy poco: apenas fragmentos de las obras colectivas fueron conservados por los ex Rozartes, ya que se trataba de obras efímeras y los integrantes de la agrupación, por lo que se deja entrever en los videos, creían más en el aura de la obra tradicional individual. Estas pinturas y esculturas atesoradas, que no forman parte de la muestra más que a través de su registro en video, han envejecido; por otra parte, son apenas ruinas lo que queda materialmente de las obras grupales, mucho más afines en su lenguaje plástico a las obras neoconceptualistas de hoy.

Esta historia empieza en invierno de 1989: frío, humedad, hiperinflación, saqueos, estado de sitio. Los tanques en la calle, una vez más. La primavera alfonsinista, con sus aduladores eslóganes acerca de "la patota cultural", llegaba a un abrupto fin. Surgió en varias cabezas la pregunta que se hacían los personajes de El Chapulín Colorado: "Y ahora, ¿quién podrá defendernos?". La pregunta era retórica: la respuesta, negativa. Fue entonces que Aurelio García y Víctor Gómez prestaron el taller que compartían en la planta alta de la esquina de Paraguay y Tucumán (justo arriba de donde ahora está la panadería Manhattan) para albergar a los aproximadamente 30 estudiantes de arte, provenientes del taller de Emilio Torti y/o de la Escuela de Bellas Artes de la UNR, que fueron convocados por Silvina Buffone y Marcela Cattaneo. Según cuenta Fernando Farina en su texto de catálogo, "Utopías póstumas", estos jóvenes artistas "analizaron la posibilidad de agremiarse, aunque de forma diferente a otras dos organizaciones antagónicas que se habían desarrollado y fracasado poco tiempo antes" (Farina se refiere a la APA y la APROA). La discusión de toda una tarde quedó al fin resumida en una consigna: "sobrevivir y trascender". El grupo se siguió reuniendo semanalmente. Rozarte comenzó sus actividades bajo ese nombre en septiembre de 1989. Al mes siguiente empezó a desarrollarse la gestión presidencial menemista. ¿Quiénes eran los Rozarte? Según la cronología institucional que figura en el CD, de la primera muestra del grupo, realizada en octubre del 89 en Arequito en el marco de la Fiesta de la Soja, "participaron con obras individuales, Gabriela Aloras, Patricia Basiliades, César Baracca, Ruth Boselli, Buffone, Cattáneo, Hugo Cava, Raúl D'Amelio, Marta Dunster, Gabriela Gabelich, Marisa Gallo, Aurelio García, Alina Marinelli, Miguel Passerini, Cristina Olguín, Germán Svetaz, Oscar Vega, Beatriz Vignoli, Pancho Vignolo, Gustavo Goñi, Verónica Serra y Víctor Gómez". En la primera reunión grupal estuvieron presentes, además de Buffone y Cattaneo: "Gabriela Aloras, Patricia Basiliades, César Baracca, Ruth Boselli, Hugo Cava, Raúl D'Amelio, Marta Dunster, Gabriela Gabelich, Marisa Gallo, Aurelio García, Alina Marinelli, Miguel Passerini, Cristina Olguín, Germán Svetaz, Oscar Vega, Beatriz Vignoli, Pancho Vignolo, Gustavo Goñi, Verónica Serra" y otros. Hubo un tibio intento de convertirlo en asociación civil, impulsado por Raúl D'Amelio y quien suscribe, que no prosperó. Hubo deserciones. En agosto de 1991, el grupo le alquiló un galpón en el centro de manzana de la calle Entre Ríos 861 a la psicóloga y docente de traducción Cristina Goytía, quien manejaba una academia privada de idiomas y otras actividades en el local de la planta alta que daba a la calle. Al crearse el Galpón Rozarte, el grado de compromiso se hizo mucho mayor, implicando incluso un sacrificio económico que no todos podían sostener, por lo que el grupo se redujo. Para 1994, quedaban apenas seis integrantes. Rozarte hizo muchísimas cosas en los ocho años que duró su existencia: obra individual, obra colectiva, muestras, giras, participación en dos bienales locales y en los dos Encuentros en la Cumbre, creación y sostenimiento de un centro cultural independiente... y el jueves 3 de abril se reunió de nuevo para inaugurar Rozó y celebrar su pasado, con poses para fotos colectivas dignas de los más nobles dinosaurios del rock and roll.

Con varios cambios en su equipo, el grupo trabajó hasta marzo de 1997. Lo que puede verse en Rozó es apenas la punta del iceberg: están los afiches del ciclo anual de video arte, las carpetas institucionales, las invitaciones a las muestras. El resto está "guardado en la memoria" de testigos y protagonistas. Por ejemplo, la muestra realizada por Gabriela Aloras en El Galpón Rozarte en el verano de 1994 a 1995 a su retorno de Europa, que consistió en una pura experiencia de compartir (tiempo, cenas, fotos, revistas y hasta ropa) fue quizás la más indudablemente contemporánea de las acciones del grupo; hoy, es sólo un recuerdo.

Pero el trabajo de Rozarte fue revisado posteriormente por varias agrupaciones responsables de una serie de iniciativas surgidas a partir del milenio actual. Rozarte tuvo un perfil específico, relacionado con el de aquellos grupos argentinos que surgieron luego, asumiendo distintos grados de compromiso con lo político, lo social y con el ámbito cultural. Son grupos que generaron una situación concreta, ampliando el espectro de análisis en torno a los desarrollos de las artes visuales a través de la gestión artística. Cuestión que ha sido eje de distintas publicaciones y encuentros de reflexión y debate en los últimos años, y lo seguirá siendo.